- El avance de la electromovilidad en la región requiere coordinación entre infraestructura, operación y tecnología, señala SONDA, en un contexto donde la disponibilidad energética es un factor crítico

La adopción de flotas eléctricas en sistemas de transporte público avanza en distintas ciudades de América Latina. Sin embargo, su consolidación depende de la capacidad para gestionar la infraestructura de carga, la disponibilidad energética y la continuidad operativa del servicio. En este marco, SONDA destaca la importancia de integrar tecnología y modelos de gestión que permitan que la electromovilidad sea sostenible más allá de la incorporación de unidades eléctricas.
Durante el panel “Gestión y operación de modelos de transporte público e interconexiones urbanas”, realizado durante LATAM Mobility en Ciudad de México, Juan Abrigo, Regional Sales Specialist de Electromovilidad de SONDA, señaló que el principal desafío actual es operativo. Subrayó que, si bien la electrificación del transporte es una meta compartida, la infraestructura eléctrica nacional y local avanza a un ritmo distinto a las necesidades reales de los sistemas, lo que exige modelos de gestión que garanticen estabilidad en el servicio.

“La infraestructura eléctrica, en la mayoría de los países, no crece a la misma velocidad que la demanda operativa de las flotas. Por eso, el foco no puede limitarse a la adquisición de unidades; debe contemplar la capacidad para garantizar su operación diaria”, afirmó Abrigo.
El especialista explicó que asegurar la continuidad del servicio requiere monitorear en tiempo real la disponibilidad energética, administrar los sistemas de baterías considerando ciclos de uso y horarios de carga, y aplicar análisis basados en inteligencia artificial para anticipar patrones de consumo y posibles desviaciones. Estos elementos permiten ajustar la operación antes de que existan afectaciones al servicio. Según Abrigo, este enfoque reduce riesgos operativos, mejora la eficiencia de la flota y contribuye a la sostenibilidad económica del sistema.
“Hoy es posible proyectar el comportamiento de carga y adaptar la operación con anticipación. Esto es clave para mantener disponibilidad, eficiencia y calidad en el servicio de transporte público”, añadió.

SONDA participa en la implementación y operación de sistemas de movilidad eléctrica en ciudades como Ciudad de México, Santiago, Bogotá y São Paulo. Su enfoque se basa en la integración de plataformas tecnológicas de gestión, infraestructura de carga y procesos operativos coordinados, con el objetivo de asegurar que los sistemas eléctricos funcionen de forma continua en entornos de demanda alta y variaciones energéticas.
La participación en LATAM Mobility sirvió como espacio de articulación entre operadores, autoridades y empresas tecnológicas, en un momento en que la región avanza hacia modelos de movilidad más sostenibles, pero enfrenta desafíos vinculados a infraestructura, costos operativos y planificación energética.

