- “Escabrosa”, “frenética” e “inquietante” son algunos de los adjetivos que diversos críticos han utilizado para definir a la nueva cinta del aclamado director surcoreano Bong Jooo-ho
- Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, Parásitos tendrá su estreno en México el próximo miércoles 25 de diciembre en salas comerciales a lo largo de la República Mexicana
- Seleccionada en el shortlist al premio Oscar en la categoría de “Mejor Película Internacional”
Luego de ganar la Palma de Oro a mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2019 y de quedar en el shortlist del Oscar en la categoría de “Mejor Película Internacional”, Parásitos, la nueva cinta del director surcoreano Bong Joon-ho, llegará a salas nacionales donde nos adentrará a un vaivén de situaciones que, con magistrales “cambios de tuerca”, mantendrán al espectador al filo de la butaca.
En la séptima cinta Bong Joon-ho nos habla sobre la desigualdad social provocada por el descarnado sistema capitalista en el que viven las sociedades contemporáneas, donde el pobre no sólo se ve pobre sino que además “huelen a pobreza, a suciedad; huelen a metro” y cómo una familia coreana ha creado una estrategia para mejorar su estatus económico. En Parásitos (Gisaengchung, 2019), se retratan los contrastes entre las clases sociales más desprotegidas y las más adineradas de Seúl sin caer en maniqueísmos morales ni arquetipos sociales. Bong Joo-ho califica a su propia cinta como “una representación de la gente común que cae en una conmoción inevitable”, es “una comedia sin payasos, una tragedia sin villanos, todo lo que lleva a un violento enredo y a una caída precipitada por las escaleras”.
En la séptima cinta Bong Joon-ho nos habla sobre la desigualdad social provocada por el descarnado sistema capitalista en el que viven las sociedades contemporáneas, donde el pobre no sólo se ve pobre sino que además “huelen a pobreza, a suciedad; huelen a metro” y cómo una familia coreana ha creado una estrategia para mejorar su estatus económico. En Parásitos (Gisaengchung, 2019), se retratan los contrastes entre las clases sociales más desprotegidas y las más adineradas de Seúl sin caer en maniqueísmos morales ni arquetipos sociales. Bong Joo-ho califica a su propia cinta como “una representación de la gente común que cae en una conmoción inevitable”, es “una comedia sin payasos, una tragedia sin villanos, todo lo que lleva a un violento enredo y a una caída precipitada por las escaleras”.
La película cuenta la historia de los Kim, una familia de cuatro integrantes que vive en un diminuto departamento donde resulta casi imposible llevar una vida digna. El baño es el único sitio de la casa donde hay Wi-Fi —el cual es robado de una cafetería cercana— y la infraestructura es tan deplorable que da la impresión de ser una ratonera más que un hogar. Por otra parte, no muy lejos, vive la familia Park, quienes desde su situación privilegiada desconocen por completo el bajo mundo de las víctimas del desempleo y de los bajos salarios. Su casa es una lujosa residencia donde todo es blanco, reluciente y ordenado y no parece haber asuntos más importantes que el diseño de interiores y el arte.
El azar une los destinos de éstas dos familias a través de Ki-woo (Woo-sik Choi), el hijo de los Kim que, mediante engaños, se coloca como tutor de los Park, a quienes utiliza para escapar de la pobreza junto con su familia.
Con constantes toques de humor y filmada casi todo el tiempo en espacios cerrados, Parásitos representa el choque de dos realidades alimentadas por un mismo sistema económico en el que el principal problema es la distribución desproporcionada de la riqueza. Una situación común no sólo en Seúl, sino en prácticamente cualquier ciudad moderna, desde Ciudad de México hasta Beijing. Es una historia universal.
“Creo que una forma de retratar la constante polarización social en la que vivimos es a través de una comedia triste. Vivimos en una época en la que el capitalismo es el orden reinante del mundo y no tenemos otra alternativa”, dice en entrevista Bong Joon-ho, quien también ha dirigido cintas de crítica social como Okja (2017) y que ha incursionado en el cine de ciencia ficción y fantasía con filmes como The Host (2006) y Snowpiercer (2013).
“Aunque no hay ninguna mala intención de ninguna de las dos familias, vemos cómo las dos clases sociales son arrastradas a una situación en la que el más mínimo resbalón puede desatar el caos. Actualmente, el sistema de rangos y castas que impera en las sociedades capitalistas se mantiene oculto. Lo disfrazamos o lo mantenemos fuera de la vista. La realidad es que hay líneas de clase que no se pueden cruzar. Creo que Parásitos habla de las grietas inevitables que aparecen cuando dos clases sociales se enfrentan”, explica el cineasta.
Definido por el propio Joon-ho como “un drama humano”, ésta película debe su nombre a la condición de sus personajes, quienes esperan vivir con otras personas en una especie de coexistencia o relación simbiótica, pero fracasan debido a sus diferencias culturales, sociales y económicas, y acaban por sumergirse en una relación parasitaria.
“Pensé en Parásitos como una tragicomedia que reflejara con humor, el horror y la tristeza la situación que se da cuando quieres tener una vida próspera, pero la realidad te contradice y te das cuenta de lo difícil que puede resultar conseguirlo”, comparte el director. La película llegará a salsa de cine para conmocionar a las audiencias mexicanas el próximo 25 de diciembre.