- Director: David Ayer
- Guionista: Kurt Wimmer
- Productor: Bill Block, Chris Long, Jason Statham y Kurt Wimmer
- Música: Jared Michael Fry
- Fotografía: Gabriel Beristain
- Montaje: Geoffrey O'Brien
La nueva película de David Ayer y Jason Statham tiene un pretexto para poner en marcha la acción, esa es una de sus dos debilidades, la relación entre esa victima inicial y el Beekeeper no queda tan clara como debiera -hay un par de escenas posteriores que crean un parche adicional a esta ausencia.
En todo caso la acción y la dirección de acción es bastante divertida en cuanto llegamos a ella, los villanos exagerados nos presentan con disfrutables secuencias de acción y muertes, es curioso ver a Hutcherson abrazar un papel de villano completo, aunque solo es quien mueve a las marionetas, la trama se consigue un giro curioso hacia su tercer acto que le cae bien, aunque a la vez quizá alarga la acción un poco más de lo esperado.
Sin embargo, Beekeeper y su seriedad que se permite hacer chistes sin romper el ritmo de la acción nos entrega un Statham mucho mejor que el que pudimos ver el año pasado en la última cinta de los indestructibles, nos confirma que David Ayer sabe filmar acción -mientras apenas se apagan las controversias respecto a si su versión de Suicide Squad alguna vez verá la luz del día-.
Hay una crítica estructural en Beekeeper que la cinta no necesita para ser divertida y que su abrupto final tampoco nos deja meditar en modo alguno, quizá es ahí donde el guion podría haber resultado más intenso, pero en el intervalo lo que si logra Beekeeper es mantener fresco el subgénero que John Wick trajo a la luz para audiencias modernas al tiempo que nos entrega lo más cercano a una cinta de Hitman que hemos tenido -con todo y que ya hubo dos intentos distintos-, sabiendo que “El apicultor” es cine de acción estilizada bien ejecutada pero sin un fondo que la sostenga espectadores pueden tomar su opinión sobre si eso vale el viaje al cine o no.